El hábito del orden
por Aprendeenei · 19 de abril de 2020
PAUTAS PARA ENSEÑAR EL HÁBITO DE ORDENAR
¿Cómo enseñar a un niño o niña a ORDENAR?
Lo prefiero ordenar yo, está tardando mucho en ordenar, no lo está haciendo bien etc.


Por ejemplo:
«Juguetes- ropa sucia»

Por ejemplo:
- Salimos de la ducha.
- Nos secamos bien nuestro cuerpo con la toalla.
- Nos vestimos (ropa interior, pijama…)
- Colocamos la ropa sucia, la ropa que nos hemos quitado cuando nos hemos duchado en el cesto.
- Colocamos la toalla estirada para que se seque y la alfombrilla en su lugar correspondiente.
- Colocamos el gel y la esponja en la bolsita y los juguetes en el cesto… así con cada uno de los pasos a seguir.
Para estar seguros de que Carlos está entendiéndolo, se le debe pedir que vaya repitiendo cada una de las acciones que estamos realizando.
Debemos tener en cuenta que cada familia realiza estas acciones de una forma u otra, que no existe una única manera de ordenar por ejemplo, el cuarto de baño.
Una vez que ya estamos preparados, que le hemos explicado a Carlos qué y cómo tiene que hacerlo, es el momento de ponerlo en práctica.
Práctica
Para ello, debemos ofrecerles muchas ocasiones para que ordene, por ejemplo, todos los días después de ducharse y recordarle, cada uno de los pasos que tiene que seguir.
En todo este proceso, es necesario que reforcemos de forma positiva a Carlos.
Elogiemos sus conductas y comportamientos que realice de forma correcta y cada uno de los avances que vaya teniendo.
Debemos saber y tener claro, que es un proceso que Carlos, irá aprendiendo poco a poco, de forma progresiva.
No debemos meterle prisa al principio para que ordene todo rápidamente, tenemos que darle su tiempo, porque, las prisas no son buenas.
Además, poco a poco, tendremos que ir disminuyendo nuestra ayuda, para que así el niño, vaya ordenando por ejemplo, el cuarto de baño solo.
Por último, es importante que estemos preparados por si Carlos no quiere ordenar.
Debemos valorar la posibilidad de si esta conducta no está a su alcance o simplemente, es por comodidad y no le apetece hacerlo.
En este caso, deberíamos ignorar las quejas y motivarle a que ordene y lo haga y no, acabar ordenado nosotros y nosotras.
Nuestra actitud como adultos es muy importante, tenemos que tener claro que no debemos hacerlo en forma de mandato:
“Carlos, tienes que ordenar el cuarto de baño si o si” si no, de forma en la que el niño lo vea como un privilegio “Carlos, ya eres mayor, puedes hacerlo, tu sólito”.
Desde la calma debemos hacerle ver los aspectos negativos del desorden, y que, debe ser él quien lo haga, quién ordene.
Importante
Existen muchas estrategias por si no conseguimos que Carlos adquiera el hábito del orden, por ejemplo:
Sufrir las consecuencias (si no quiere ordenar el cuarto de baño, tardaremos mucho más en cenar)
Retirarle algún privilegio (no ver un ratito los dibujos después de cenar e ir directamente a dormir)
Utilizar la sobrecorrección (practicar y practicar el hábito de ordenar).