Cuento recreado II

CUENTO RECREADO : EL RENACUAJO FEO

 

 El renacuajo feo (segunda parte)

A continuación os dejo el cuento que hemos recreado EL RENACUAJO FEO por escrito.

Al final de post encontrareis el enlace directo hacia la primera parte, en dónde explico qué cuento hemos recreado, cuando y dónde voy a narrárselo…

También, os dejo por aquí el cuento en pdf por si lo queréis descargar:

EL RENACUAJO FEO APRENDE Y ENSEÑA EN EI

Era una tarde fría y lluviosa en el bosque y todos los animales se encontraban resguardados y escondidos en sus casitas, en especial, nuestra amiga la rana Julieta.

Julieta, descansaba tumbada debajo del árbol, justo al lado del río, ya que de un momento a otro, nacerían sus hijitos.

– ¡Qué mal día hace! Espero que deje de llover y salga el sol, no me gustaría que mis hijitos pasarán frio – pensaba Julieta mientras miraba a sus huevos que estaban sumergidos en el río, justo a su lado.

Después de muchas horas esperando, ¡dejo de llover!, la rana Julieta estaba más contenta que antes, pero…un poco nerviosa, ya que sus hijitos todavía no habían nacido.

Tras esperar unos minutos más, Julieta empezó a tener hambre, por lo que decidió ir a dar un paseo por el bosque para ver que encontraba de comer.

Cuando estaba preparada para comenzar su paseo…. escuchó unos pequeños movimientos en el agua.

-Uy uy uy , crua ¿que suena?- dijo Julieta.

La rana se asomó al río y… ¡Qué sorpresa! ¡Eran sus hijos!

Los huevos habían empezado a romperse y, ya se podía observar las colitas de los renacuajos moviéndose. 

-Crua Crua ¡Pero qué bonitos sois! – grito Julieta muy alto. Siempre os había imaginado así, pero nunca tan tan bonitos como ahora.

Julieta mientras observaba a sus pequeños, se dio cuenta de que todavía había uno que no había conseguido romper el huevo, parece que estaba un poco despistado o era un poquitín más vago que el resto. 

Sin darle importancia, los familiares de Julieta iban pasando para ver a los pequeños

-¡Qué bonitos son Julieta! Pero, mira… todavía te queda uno por salir, seguro que será tan precioso como el resto- decían las ranas.

Al poco tiempo,  el pequeño renacuajo consiguió la fuerza necesaria y pudo por fin salir.

-¡Mamá mamá! Mira mira mi hermanito- grito uno de los renacuajos.

Julieta, extrañada por los gritos del pequeño, se acercó para ver qué pasaba y….¡pegó un gran salto!

-Cruac Cruac pero ¿y esto? ¿qué es eso?- dijo Julieta con la voz entrecortada.

El pequeño renacuajo no era igual que sus hermanos, él había nacido con los ojos de dos colores diferentes, uno rojo y otro amarillo y era, un poco más grande que de lo normal.

-Bueno, no eres tan bonito como el resto, eres un poco feo pero al menos eres grande y nadas bien– dijo Julieta.

Sin embargo, el resto de hermanos no estaban tan contentos con el renacuajo y lo molestaban todo el rato.

Además, no sólo lo rechazaba su familia sino que el resto de animales del bosque le insultaban todo los días.

¡Qué feo eres! Nadie te va a querer, ¡Ojalá te coman! – le gritaban los animales

El pequeño renacuajo, con la mirada hacia abajo, un día decidió irse de allí, mientras que de lejos, seguía escuchando como el resto de sus hermanos se reían y se burlaban de él.

-¡Vete impostor! – gritaban los hermanitos.

Durante muchos días, el pequeño renacuajo nado por el río sin rumbo, no sabía a dónde ir y por todos los lugares por donde pasaba, le rechazaban y no querían ser sus amigos.

Una mañana, mientras el renacuajo seguía nadando, llegó a un puente. Allí encontró a una serpiente que estaba jugando con sus hijitos. El pequeño renacuajo pensó que en ese lugar podría quedarse aunque sólo fuese por un tiempo. 

-Buenos días señora serpiente- dijo con voz suave ¿me puedo quedar con vosotros unos días? Llevo nadando mucho tiempo y necesito comer y un lugar dónde dormir.

La serpiente le miró con una cara un poco extraña pero le dijo que sí. Durante muchos días, el renacuajo jugaba, comía y disfrutaba, parecía que había encontrado una nueva familia.

Pero… todo esto cambió, cuando escuchó sin querer una conversación entre la serpiente y su marido.

-¿Has visto como ha crecido este renacuajo? tSss tsss.  Está bastante gordo y grande. ¡Creo que ha llegado el momento que nos lo comamos! ¿Estás de acuerdo?- dijo la mamá serpiente.

El pequeño renacuajo muy asustado decidió irse de allí.

Durante muchos días y muchas noches nado por el río, siendo rechazado todo el rato. Comía los pequeños alimentos que encontraba y pasaba mucho frío, ya que estaba llegando el invierno.

Por suerte, ¡una mañana todo cambio!, el renacuajo encontró una charca enorme al lado del río, lleno de ranas preciosas y grandes. Unas eran verdes con manchas, otras eran rojas, unas tenían los ojos amarillos… ¡Había de todos los colores y tamaños! Nunca había visto animales tan bonitos.

El renacuajo con mucha vergüenza y con timidez, preguntó:

-¿Hola? cruac Buenas tardes, ¿Puedo acercarme a vuestra charca? Llevo muchos días nadando en este río y…está muy fría el agua.

-Crua Crua ¡Pues claro! No lo dudes, aquí eres bienvenido Crua Crua ¡Eres uno de los nuestros!- dijo una que parecía ser la rana más anciana.

-¿Uno de los vuestros? Crua Crua No lo entiendo- dijo sorprendido el renacuajo.

-Sí, claro uno de los nuestros ¿No has visto tu aspecto? Crua Crua Ven mírate aquí en el agua, hoy está tan clarita que parece un espejo- dijo la rana sonriendo.

El renacuajo sorprendido se acercó y se inclinó sobre la charca y… ¡Menuda sorpresa!

No se lo podía creer, no se reconocía. Ya no era un renacuajo feo, sino que se había convertido en una hermosa rana, grande y con un color verde precioso.  Sus ojos seguían siendo de dos colores pero igual que muchas de las ranas que allí estaban.

Su corazón no paraba de sonar, pum pum pum, estaba tan emocionado…

Finalmente, comprendió que él nunca había sido feo, sino que su familia y el resto de animales de aquel bosque dónde nació, no saben que existen muchas clases de ranas, de diferentes tipos, colores, tamaños….

-¡Venga! vente con nosotros y disfruta, te cuidaremos muy bien- dijeron todas las ranas de la charca.

Y colorín colorado, el renacuajo que era una preciosa rana vivió feliz con su nueva familia.                 

2. Recursos expresivos a utilizar para narrarle el cuento a los niños y niñas:

Para comenzar la narración, debo tener en cuenta de que las prisas no son buenas, por lo que, me desprenderé de la prisa y prepararé mi voz y mi cuerpo para crear un momento mágico y único. 

Antes de comenzar, pronunciaré las palabras mágicas:

“Plin Plan comencemos a imaginar” que siempre decimos y polvorearé purpurina, esto hará que los niños y niñas se adentren en este maravillo cuento y captaré su atención desde el primer momento.

Los recursos expresivos que utilizaré durante la narración serán mi expresión facial, gestual, mi postura y el movimiento de mi cuerpo, la mirada y mi voz.

Con respecto a mi voz:

Cambiaré la entonación a lo largo de la historia.

Pondré énfasis en las exclamaciones y en las preguntas, en las palabras con acento, en los momentos felices y tristes y diferenciando cuando habla un personaje u otro, imitando el sonido característico de cada animal (crua crua (rana) y tsss (serpiente) onomatopeyas).

Además, utilizaré la repetición de palabras (uy, uy, mira, mira…) y respetaré los momentos de pausa, de silencio y los puntos suspensivos. También, seguiré un ritmo neutral, ni muy lento ni muy deprisa durante la narración.

Asimismo, quiero destacar que no leeré el cuentos sin más, sino que se lo contaré, por lo que, mantendré el contacto visual con mi alumnado mientras se lo cuento, de manera fluida.

Con respecto a mi expresión facial y gestual y el movimiento de mi cuerpo.

Cambiaré mi cara en todos los momentos en los que sea oportuno hacerlo, por ejemplo: cuando Julieta ve por primera vez al renacuajo pues pondré cara de sorprendida.

También, moveré mis hombros (estos movimientos son conocidos como ademanes) y mi cuerpo cada vez que hable la rana y cuando nos encontramos con la serpiente, en este momento haré un zigzag con mi cuerpo.

En cuanto a mi postura corporal:

 Será acorde con cada momento y situación de la historia.

La cambiaré cuando crea  conveniente y sin que sea demasiado excesivo, ya que como he comentado realizo movimientos con mi cuerpo.

Todos estos recursos expresivos me ayudarán a captar la atención de mi alumnado en todo momento, conseguiré que no se aburran durante la narración y sobre todo, se divertirán y se adentrarán en el cuento.

Por último, quiero destacar que tras las narraciones de los cuentos, siempre los comentamos, conversamos sobre que partes del cuento nos ha gustado más y que menos, lo que les ha parecido bien y mal y realizamos algunas actividades (plásticas, lógico-matemáticas, corporales…).

Además, este cuento se incluirá dentro de la biblioteca del aula, por lo que, los niños y niñas podrán leerlo y observarlo siempre que estén trabajando en ese rincón.

ENLACE DIRECTO A LA PRIMERA PARTE (PINCHA AQUÍ)

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